sábado, 30 de agosto de 2008

El rock de (en) la cárcel

En 1957 Elvis Presley protagonizó la película “El rock de la cárcel” en la que aparece la inolvidable escena musical en la que el “El Rey” interpreta a Vince Everett, un joven encarcelado por matar accidentalmente a un hombre en una pelea de cantina.





Agosto de 2008. Otro rockero en la cárcel. Ahora no se trata de una película. En este caso Gorka Luis Águila, líder de la banda de punk-rock cubana “Porno para Ricardo”. Su delito: intentar tocar rock and roll en libertad en un país sojuzgado por una cruel dictadura. Otros grupos cubanos como los raperos Los Aldeanos o Hermanos de Causa también sufren los rigores de la represión. Fidel Castro no quiere más bandas sonoras para su tiranía que los cantantes sumisos a la Revolución sanguinaria, como Pablo Milanés, Silvio Rodríguez o Marianela Castro. Y es que determinadas músicas (jazz, blues, swing, rap, rock and roll...) han sido sospechosas para las dictaduras. Sus notas tienen un aire de libertad que molesta. Recordemos otra película, Rebeldes del swing, dirigida por Thomas Cartes en 1993. Se desarrolla en la Alemania de 1939. Cuando Hitler está a punto de conducir su país a la guerra, imponiendo una dura disciplina que niega la libertad individual, grupos de jóvenes alemanes, bajo la influencia de la pasión política y el mensaje de libertad de la música swing americana, se rebelan contra ese orden. Conocidos como los "Chicos Swing", imitan la última moda inglesa y americana. Llevan abrigos demasiado grandes, sombreros hongo, paraguas negros y el pelo largo. Lo que empieza como una inocente rebelión juvenil, se convierte en una peligrosa rebelión política contra la amenazante marea nazi.





Gorka Águila, de 39 años y líder de la banda "Porno para Ricardo", fue arrestado la mañana del lunes 25 de agosto y conducido a una unidad de policía en La Habana. Con una inflamación en los pulmones y falta de aire soportó a duras penas las nefastas condiciones a las que se le ha sometido durante su arresto. Según la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN) "es jugado bajo la acusación de peligrosidad social pre-delictiva”. Añade que el cantante "no ha cometido ningún delito específico conforme al vigente Código Penal con lo que el juicio debió ser anulado". El rockero, cuya música circula clandestinamente, estuvo arrestado de 2003 a 2005 por posesión de droga, en un hecho que a todas luces fue un invento policial con el objetivo de silenciar la música subversiva de este controvertido grupo cubano. Ya en julio Gorki había sido advertido por la policía, según una nota del grupo divulgada en su página en internet. Lo cierto y verdad es que Gorki no se amedrenta ante las presiones del régimen, como se puede comprobar en la letras de sus canciones. Compruébenlo en el siguiente tema. ¡Hay que tener valor para enfrentarse de este modo a una tiranía!





La noticia trasciende las fronteras cubanas y en España de manera sorprendente son pocos los que se movilizan contra esta injusticia. Los músicos y artistas españoles tan dados a salir en defensa de las más variadas causas callan ante este ataque a la libertad de expresión. Sólo Loquillo y Sabino Méndez, secundados después por Alejandro Sanz y Miguel Bosé, lo han denunciado sumándose a una carta abierta, iniciativa de la escritora exiliada Zoe Valdés, dirigida al inefable Pablo Milanés, al que dedicaré más adelante una entrada en este blog, con la intención de que intercediera por Gorki. Lean con atención el contenido del manifiesto pues no tiene desperdicio

Estimado Pablo: Los abajo firmantes, enterados de que pasado mañana dará un concierto en la "Tribuna Antimperialista" en La Habana, nos permitimos hacerle llegar esta carta abierta con la esperanza de que tanto usted como los músicos invitados, aprovechen la oportunidad de esa tribuna pública para pedir la liberación del músico Gorki Águila, cantante y director de la banda "Porno para Ricardo".Más allá de las filiaciones estéticas y las ideologías políticas de cada artista, creemos que el derecho a la libertad de expresión no debe ser violado por ningún gobierno, incluido el cubano.El pasado día 25 de agosto por la mañana, mientras los integrantes de "Porno Para Ricardo" ensayaban en casa de Gorki, un policía tocó a la puerta y se llevó al cantante a la cercana estación de policía de la calle 62, conocida popularmente como "la Quinta". Desde entonces permanece allí detenido, y lo único que se le ha comunicado a su familia es que seguirá hasta el jueves en el calabozo para luego pasar a disposición de los tribunales y ser enjuiciado por "peligrosidad pre-delictiva", con una posible condena que oscila entre 1 y 4 años de prisión.No creemos que esos cargos sean sostenibles en ningún proceso legal justo e imparcial, pero la situación de incomunicación y el historial de amenazas y acoso por parte de las autoridades hacen temer lo peor.Pedimos que ustedes, músicos que han hecho explícito el apoyo a la Revolución, pero también la defensa de los valores y derechos humanos fundamentales, no se queden de brazos cruzados ante este atropello cometido con alguien que forma parte del gremio de los músicos cubanos. No está de más recordar que uno de los grupos invitados a actuar el jueves por la noche, Los Aldeanos, compartió escenario y estudio con "Porno para Ricardo" en el tema musical "La política". Y todos juntos cantaron algo que hoy, por desgracia, suena a vaticinio: "A mí no me gusta la política, pero yo le gusto a ella, compañero".Apelamos a ustedes para que se hagan eco públicamente del clamor por la liberación inmediata de Gorki Águila.
Saludos cordiales,



Un grupo de amigos de Gorki, conocedores del manifiesto, acudieron al concierto de Pablo Milanés que en el concierto que iba a celebrar poco después de la detención exigiese a las autoridades cubanas su excarcelación. En vista de que el cantante del Régimen no lo hacía, decidieron, en medio de fuertes medidas de seguridad –o mejos dicho inseguridad- desplegar una pancarta con el nombre del rockero. La respuesta represiva de la policía política castrista fue brutal. Me remito a lo que una de las protagonistas del suceso detalla en la página web del grupo. Se trata de la bloggera Yoni Sánchez que pertenece a la joven generación de cubanos que quieren romper definitivamente con la pesadilla de la dictadura. Gracias a la presión ejercida desde distintos foros de internet y de personalidades del mundo de la cultura y la música, ayer sábado nos llegó la feliz noticia de su liberación tras un juicio en el que fue acusado de "desobediencia " y por el que se le impuso una multa de 600 pesos cubanos. ¿Qué qué piensan los comunistas españoles del régimen castrista? El alcalde de Puerto Real de IU -sí aunque parezca mentira aún quedan alcaldes de hoz y martillo en la España del siglo XXI, incluso alcaldesas -considera que Cuba es la democracia más avanzada del mundo.

Loquillo, en medio de la manipulación mediática, tiene que afirmar la evidencia: "Cuba es una dictadura, hay que decirlo alto y claro". Añade el autor del "Cadillac Solitario" que "esto es algo que ocurre desde hace mucho tiempo, con muchos músicos -no sólo de rock- perseguidos, y hay que denunciar la hipocresía de muchos artistas de este país que miran para otro lado....Hasta que no haya democracia en Cuba, yo no toco allí". No es de extrañar que haya sido Loquillo y no Sabina o Serrat quien haya abanderado en España la causa de la libertad frente a la dictadura. Loquillo pertenece a la generación de músicos de la llamada movida que supuso a finales de los setenta y principios de los ochenta una bocanada de aire fresco en la música nacional que se debatía entonces entre el dulzón melodismo y la machacona canción protesta. Grupos como Gabinete Caligari, La Mode, Golpes Bajos, Glutamato Yeyé, Los Rebeldes, 091, Parálisis Permanente, Alaska y tantos otros irrumpieron en el panorama musical y cultural español sin ataduras, con una frescura de ideas y un estilo propio que hoy, entre el asfixiante discurso políticamente correcto y la operaciones triunfo de la mediocridad, sería impensable. Su compromiso no era con ideologías ni partidos, como otros, sino con la libertad de cantar, crear, pensar y vivir a su manera. De ahí que Loquillo cuando denuncia una dictadura no le interese el color de esta sino los atropellos que comete contra la libertad de expresión.


Gracias desde aquí, "Loco", por tu coherencia y tu valentía. Veo que después de muchos años sigues fiel a los valores que te han permitido mantener, como el título de uno de tus mejores temas de los últimos años, una línea clara.




Les dejo con el mítico tema Rompeolas interpretado inicialmente por Loquillo y recientemente por Gorki. El Rompeolas es un tema de Sabino Méndez compuesto para Loquillo a finales de los ochenta, del cual Porno Para Ricardo hace una poderosísima versión. La frase "no me hables del futuro, es una ilusion, cuando el rock'n roll conquistó mi corazón" da a esta canción un tema profundamente libertario. El Rompeolas de Barcelona se transforma en el Malecón habanero, donde se mira al mar en busca de la libertad que se nos niega en una ciudad ocupada por un brutal cuerpo de policia y paramilitares que bien pudieran ser una tropa extranjera. Es un tema profundamente anticonformista, con un optimismo que va desde el deseo de que una rubia te mire al pasar hasta alcanzar la libertad absoluta. Todo un himno rock, el cual por cierto fue dedicado por el Loquillo a Gorki la noche misma de su liberación en un multitudinario concierto en la ciudad de Bilbao. Keep on rocking..



domingo, 24 de agosto de 2008

Plataforma de Poder (PP)


Somos muchos los españoles que estamos asistiendo atónitos a la metamorfosis del Partido Popular salido del congreso de Valencia. Tras cuatro años de eficaz oposición a los despropósitos del Gobierno de Zapatero, la realidad es que el suicidio político, no sabemos si también electoral, de la formación liderada por Mariano Rajoy va tomando con el tiempo unos tintes preocupantes. Millones de españoles creyeron a Rajoy cuando afirmaba que el proyecto de Zapatero consistía en realizar un cambio de régimen que rompiera los pilares de la España constitucional y minimizara el esfuerzo y el logro colectivo de la Transición. No sólo eso, acusó al Presidente del Gobierno de traicionar a las víctimas del terrorismo, de engañar a los españoles con sus pactos con ETA y de no colaborar en el esclarecimiento de los atentados del 11-M. Todas estas críticas se hacían, eso creíamos, desde la defensa de los valores que representa España y la Libertad, con los cuales se identifica un amplio espectro de la ciudadanía por encima de consideraciones partidistas. Asimismo, la postura firme del PP en estos cuatro años contra la afrenta nacionalista lo convertían en el único referente en la defensa del discurso constitucionalista y de las libertades. A pesar de la ejemplar política de oposición al zapaterismo, el PP perdió las elecciones. Como consecuencia Rajoy y los suyos deciden cambiar de estrategia pues lo importante, dicen, es alcanzar el poder. En una democracia asentada y libre de tentaciones totalitarias y de viajes a ninguna parte, sería entendible esta reflexión sobre la estrategia adoptada por un partido político derrotado con el fin de alcanzar el poder. Pero en la España actual, cuando el propio concepto de la Nación está en entredicho y las libertades mínimas son reiteradamente pisoteadas en determinados territorios, la llamada estrategia forma parte del propio discurso y de los principios que se defienden, pues no estamos hablando de política sino de pre-política, es decir, de la defensa de los derechos básicos a la vida, a la libertad. Si la nueva estrategia consiste en dialogar con los que niegan a España e incluso amparan a los que te asesinan o en creer hoy a quien se acusó ayer de ser un mentiroso compulsivo, una de dos, o Rajoy realizó durante cuatro años una oposición irresponsable, cargada de palabras gruesas y falsas contra el Gobierno, o bien nos engaña ahora con el único objetivo de alcanzar el poder a cualquier precio, de convertir el partido en una Plataforma de Poder. Me decanto claramente por esta secunda opción. Muchos creíamos que la diferencia entre el Partido Popular y el Partido Socialista consistía precisamente en tener un discurso coherente y cohesionado en todo el territorio nacional, en defender lo mismo en La Rioja que en Cataluña, en Castilla que en País Vasco o Andalucía. Rajoy hablaba con pasión de una gran Nación de ciudadanos libres e iguales. Ahora todo vale. Se convierte el PP así en un triste remedo del PSOE, que en los últimos años ya nos tiene acostumbrados a vergonzantes pactos poselectorales con el nacionalismo más cerrirl. No es de extrañar que políticos con principios como María San Gil no tengan sitio en este nuevo PP.
Mientras tanto, millones de ciudadanos que confiaron en el PP del sentido común y de los valores, huérfanos políticamente, contemplan con estupor la deriva del principal partido de la oposición y si las cosas no cambian, como por desgracia es previsible, ante próximas citas electorales solo les quedan a estos votantes dos alternativas: apoyar a UPD de Rosa Díez, que se opone frontalmente al discurso totalitario del nacionalismo o ejercer una abstención activa de denuncia de la clase política que de espaldas a la Nación colabora en su liquidación, más pendiente del reparto del poder que de la dignidad, la libertad y el bienestar de los españoles.

jueves, 21 de agosto de 2008

Olimpiadas del terror


Desde hace años en la China comunista se desarrollan las Olimpiadas del terror. Paso a detallar las disciplinas, nunca mejor dicho, con mayor participación en estos años:

La velocidad, necesaria para escapar de la policía política.
La prueba de resistencia, vital para aguantar la represión.
La carrera obstáculos para ejercer la libertad no para de sucederse desde el nacimiento.
La marcha es lo que quisieran hacer muchos disidentes encarcelados y torturados.
Los relevos de los caídos mantiene viva la dignidad de las víctimas.
El pentathlon –censura, persecución, abusos, mentira, cárcel- deja exahustos a los participantes.
La lucha por sobrevivir en medio del infierno es muy practicada
El tiro con arco ha sido sustituido por el tiro en la nuca
Los saltos (al vacío) es la última salida que les quedan a los que no valen para la prueba de resistencia.
Harterofilia. Es duro levantar el peso que supone vivir en un país esclavizado.
La modalidad femenina más destacada es el asesinato masivo de niñas si tienen la mala fortuna de no ser primogénitas.


En estos interminables años de Olimpiadas del terror se han batido varios records del mundo en mordazas, presos políticos y ajusticiados. Dos detalles más. El disparo que suena no significa el comienzo de la carrera sino el fin (de la carrera y de la vida). Además a los participantes no se les coloca una medalla en el cuello sino una soga. Espero que no se moleste el señor González Pons, diputado de ese engendro que es el nuevo PP salido del congreso de Valencia, por no haber usado la finezza en este artículo.
Por último, les recomiendo que visiten el excelente blog Olímpico desprecio. No todo va a ser silencio, complejos y complicidad con estas lamentables Olimpiadas de la vergüenza.

martes, 19 de agosto de 2008

Solzhenitsyn en España

La muerte de Solzhenitsyn, símbolo de la resistencia frente a los crímenes y desmanes del comunismo, apenas si ha dejado huella en los periódicos nacionales. Y qué decir del mundo intelectual de izquierdas. La intelectualidad progre está entretenida en su banal discurso antiamericano y considera sospechosos a los opositores a sus viejas utopías revolucionarias. Les ocurrió en el pasado con Solzhenitsyn y en el presente con los escritores torturados (María Elena Cruz Varela, Raúl Rivero...) en las cárceles cubanas. Eso sí, ellos no renuncian a los beneficios de las sociedades libres y capitalistas a las que atacan, capitalismo con el que, por cierto, también era muy crítico, desde su espiritualismo, Solzhenitsyn. Y si esto ocurre con la izquierda, qué decir de la derecha política, a la que solo le preocupa el poder y muy poco el debate de ideas. Sin duda está cada vez más alejada de la derecha intelectual, está sí liberal con principios y valores asentados. No le pregunten a Rajoy que valore la figura de Solzhenitsyn, que les contestará que no le suena este ciclista ruso. En fin.
Al autor de "Archipiélago Gulag" no le perdonan, entre otras cosas, que hiciese una comparación entre el régimen soviético y el de Franco. Fue en los primeros años setenta, en el mítico programa de José María Íñigo, Directísimo. Él que venía de vivir en sus propias carnes los rigores de la represión comunista, le parecía por comparación liviano el régimen español. Algunos no entendieron entonces y tampoco ahora que lo que el Premio Nobel ruso estaba haciendo, al igual que el prestigioso historiador y politólogo Juan Linz, era una distinción entre un régimen autoritario y otro totalitario. Es en este contexto en el que hay que valorar las palabras de Solzhenitsyn. Los dos modelos de dictadura son rechazables, ambos liberticidas, pero sin duda los regímenes totalitarios –fascismo, nazismo y comunismo lo son- tienen una características específicas que los distinguen de los autoritarios. El régimen de Franco sólo tuvo componentes totalitatrios, fascistas, en sus primeros años, pero muy pronto se transformó en un régimen autoritario al que se le pueden aplicar las características que según Linz lo identifican:

• Existencia de un pluralismo limitado y no responsable, en contraposición al poder centralizado de los totalitarismos.

• Existen grupos activos políticamente, como el ejército, la iglesia, las organizaciones empresariales, no responsables, porque no están sujetos a elecciones competitivas. Este conjunto de actores se constituye en una coalición dominante, en la que se da una alianza o pacto que permite la estabilidad del régimen

• Mentalidad frente a ideología: en los regímenes autoritarios hay una mentalidad generalizada que sirve para justificar y sostener el régimen. En los regímenes totalitarios existe una actitud intelectual que tiene como base unos valores generales sobre los que hay un acuerdo entre los actores

• Ausencia de movilización política a causa de la despolitización de las masas. La sociedad se sitúa fuera de la actividad política, con el mínimo nivel de participación y controlada desde arriba. En los totalitarismos, sin embargo, se produce una movilización constante de la población, gracias a la manipulación ideológica de las masas

• El poder está en manos de un líder o grupo reducido; y si existe un partido único no está bien organizado ni monopoliza el acceso al poder, y no tiene una entidad ideológica


• Existen unos límites formales al poder, predecibles, pero al definidos. Estos límites son unas normas y procedimientos de actuación, a los que el régimen se somete, pero los cuales pueden ser cambiados de forma prerrogativa.

• La dictadura totalitaria implica frentre a la autoritaria un mayor control de la educación, de los medios de comunicación y, sobre todo, de la vida privada de los individuos.

Con esta distinción no se trata de justificar, bajo ningún concepto la execrable dictadura franquista, sino de aclarar la naturaleza política de los regímenes contemporáneos. La transición política en España fue posible, entre otras cosas, por el caracter no totalitario de la dictadura franquista, algunos de cuyos agentes políticos y sociales adoptaron el discurso del reformismo, frente a los ortodoxos del régimen, que propició el modélico paso de la ley a la ley.

Reproduzco un estracto de la entrevista realizada por Íñigo y a continuación la dura reacción que produjo en autores como Juan Benet en la revista Cuadernos para el diálogo.

... vuestros círculos progresistas se complacen en llamar al régimen existente «dictadura». Yo, en cambio, llevo diez días viajando por España, desplazándome de riguroso incógnito. Observo cómo vive la gente, lo miro con mis propios ojos asombrados y pregunto: ¿saben ustedes lo que quiere decir esta palabra, conocen ustedes lo que se esconde tras este término?Voy a proponerles algunos ejemplos.Un español cualquiera no está vinculado a un lugar determinado, a una ciudad o a un pueblo donde tiene forzosamente que residir. Puede desplazarse de un lugar a otro según le plazca. Nuestro ciudadano soviético, en cambio, no lo puede hacer: estamos encadenados a nuestro lugar de residencia por la famosa propiska, el visado de la policía. Las autoridades locales deciden si puedo cambiar de residencia o no. Estoy totalmente en sus manos, pueden hacer conmigo lo que quieran.




Luego me entero de que los españoles pueden salir libremente de su país. En la Unión Soviética esto no existe. Desde hace poco, bajo la presión de la opinión pública mundial, y especialmente de los Estados Unidos, se está dejando salir a una pequeña parte de los judíos. Pero la otra parte y todos los demás pueblos que habitan la URSS están privados de este derecho. Nos encontramos en nuestro propio país como en una cárcel. Paseo por Madrid, o por otras ciudades españolas, de las cuales he visitado doce, y veo que en los quioscos se venden los principales periódicos europeos. En cambio, si en mi país apareciera un periódico extranjero a la venta, se alargarían diez manos para agarrarlo.

Veo, otro ejemplo, que aquí funcionan libremente las fotocopiadoras, cualquiera por cinco pesetas puede sacar libremente una fotocopia. En nuestro país tal cosa no sólo está prohibida, sino que es delito: toda persona que utilice una copiadora para fines particulares y no para el Estado, para la Administración, será condenado por actividades contrarrevolucionarias. En su país, puede que con algunas limitaciones, están autorizadas y tienen lugar algunas huelgas. En nuestro país, en sesenta años jamás fue autorizada una sola huelga. En los primeros años del régimen, los huelguistas cayeron bajo ráfagas de ametralladora, o fueron encarcelados como contrarrevolucionarios, aunque sólo exigían mejoras de carácter económico. Hoy día, ya a nadie se le ocurre, a nadie se le pasa por la cabeza, la idea de organizar una huelga. Más todavía: publiqué un día en la revista Novi Mir una narración, Por el bien de la causa. En ella, un personaje, un estudiante, pronunciaba la frase «Vamos a hacer huelga». Pues bien, antes de que la narración pasara la censura, ya la propia mesa de redacción de la revista eliminó la palabra «huelga». La palabra «huelga» está prohibida en mi país.No, vuestros progresistas pueden usar la palabra que quieran, pero «dictadura» no.



¡Si nosotros tuviéramos las libertades que tienen ustedes, nos quedaríamos boquiabiertos, exclamaríamos que es algo nunca visto!Desde hace sesenta años, no tenemos ninguna libertad. Hace poco en vuestro país se proclamó una amnistía. Algunos dicen que fue una amnistía limitada. Pero sin embargo a los terroristas, que con las armas en la mano luchaban contra el orden establecido, se les rebajó parte de la condena.A nosotros, en cambio, en sesenta años sólo se nos concedió una amnistía, ¡y ésta sí que fue limitada! Nosotros íbamos a la cárcel para morir allí. Muy pocos regresaron para contarlo. Claro, esta experiencia comunista, la hemos padecido en carne propia, y después de estas monstruosas pérdidas, tenemos ya una vacuna contra el comunismo, una vacuna como no la tiene nadie en Europa: actualmente en nuestro país, si alguien en una reunión, en una conversación entre amigos, plantea seriamente el problema del comunismo, nadie querrá escucharlo, lo tornarán por tonto. Espiritualmente nos hemos librado del comunismo, pero antes hemos recorrido la vía del martirio, hemos vivido tiempos terribles. Rusia ha realizado un salto histórico. Rusia, por su experiencia social, se ha colocado muy por delante del mundo entero. No quiero decir con esto que sea un país adelantado: al revés, es un país de esclavos. Pero la experiencia que hemos vivido, las vicisitudes que hemos atravesado, nos colocan en la extraña situación de poder contemplar todo lo que pasa actualmente en Occidente en nuestro propio pasado, y prever el futuro de Occidente en nuestra presente situación actual. Todo cuanto ocurre aquí ya ha ocurrido en Rusia hace tiempo, hace muchos años. Es una perspectiva realmente de ciencia-ficción: estamos viviendo los hechos que están ocurriendo en Occidente hoy, y sin embargo, recordamos que esto mismo ya nos pasó hace muchísimo tiempo a nosotros. En los años sesenta del siglo pasado el Emperador Alejandro II comenzó a llevar a cabo un vasto programa de reformas. Quería reorganizar paulatinamente a Rusia para implantar la libertad y el desarrollo. Pero un puñado de revolucionarios lanzó en 1861 una proclama en la que decían que querían reformas más radicales y más rápidas, que no podían ni querían esperar.Temiendo que el bienestar general pudiera provenir del rey, y no de ellos, proclamaron el terror.En 1861 Alejandro 11 abolió la servidumbre de los campesinos; en 1864 reorganizó completamente la administración de justicia, llevando a cabo la gran reforma judicial. Pues bien, los revolucionarios intensificaron sus actos terroristas. Hubo siete atentados contra el zar, le daban caza como a una fiera. Y al final, en el año 1881, lo mataron.Y después de esto, empezaron a matar primeros ministros, ministros del Interior, gobernadores civiles, gobernantes en general. Así empezó una guerra entre los revolucionarios y los círculos dirigentes del gobierno. Toda la opinión liberal no se oponía a los revolucionarios, antes por el contrario, los alentaba: cualquier asesinato de un estadista, de un ministro, la estusiasmaba, suscitaba su aplauso. A los revolucionarios les ayudaban a esconderse, a escapar, los celebraban como si no fuesen culpables de nada en absoluto.Repito, esto ocurría en nuestro país en el siglo xix, hace cien años, y esto es lo que está ocurriendo en toda Europa, en el mundo entero, hoy.

Hemos sido testigos el otoño pasado de cómo la opinión occidental se indignaba mucho más por cinco terroristas españoles que por el aniquilamiento de sesenta millones de víctimas soviéticas. Vemos hoy cómo la opinión progresista exige reformas inmediatas, a toda costa, saluda los actos terroristas y se alegra de ellos.Esto lo tuvimos nosotros hace cien años, y desde vuestro futuro puedo contar cómo acabó la cosa: ambos bandos se endurecieron en sus posturas, los terroristas y los círculos dirigentes cada vez se fueron odiando más, los círculos liberales comenzaron a odiar al gobierno, el cual no podía hacer nada contra ello; las reformas se detuvieron, pues aún lo que el gobierno podía conceder, ya no lo concedía, el odio anidaba en todas las almas, todos querían todo a la vez. Y así tuvimos las revoluciones de 1905 y 1907, y después la de 1917. El resultado fue la aniquilación de ambos bandos: fueron aniquilados todos los círculos dirigentes de Rusia, la nobleza, el empresariado, la intelectualidad liberal. Lo que sobrevivió de la intelectualidad se fue al extranjero, y en el país comenzó lo que describo en el libro Archipiélago Gulag, que costó al país sesenta v seis millones de muertos. Yo lo cuento ahora aquí, pero no sé yo mismo sí en general es posible transmitir la experiencia de hombre a hombre, de país a país. Hace poco todavía pensaba que sí, y así lo dije en mi discurso de Premio Nobel: creía que a través de la literatura de creación sí era posible transmitir experiencia a otras personas. Pero ahora ya lo dudo, y pienso que cada país, cada sociedad, cada hombre, debe repetir todos los errores cometidos por otro país, otra sociedad, otro hombre, y sólo aprenderá cuándo ya sea tarde.

Observo ahora vuestra juventud, la he estado observando en toda España, y tengo la impresión de que en mi cabeza, en mis oídos, en mis ojos, se ha mantenido más la imagen de vuestra guerra civil que en esta juventud.Hoy, naturalmente, la idea de vuestros círculos progresistas es obtener cuanta más libertad, colocar cuanto antes a vuestra sociedad al nivel de los demás países occidentales europeos. Pero yo quisiera recordarles que en el mundo de hoy, en nuestro planeta, los países democráticos ocupan una islita, una parte muy reducida. La mayor parte del mundo se encuentra bajo el totalitarismo y la tiranía: toda la Europa oriental, la URSS, toda Asia (ahora ya también la India), ya está cayendo bajo el totalitarismo; Africa, que hace tan poco alcanzó la libertad y que ahora se afana, se apresura, un país tras otro, a entregarse también a la tiranía. Y por esto, aquellos de ustedes que desean cuanto antes una España democrática, ¿tienen la suficiente clarividencia como para prever no sólo el mañana, sino también el pasado mañana? Supongamos que mañana España se vuelva un país tan democrático como el resto de Europa. Pero pasado mañana, ¿conservará las suficientes fuerzas como para defenderse del totalitarismo que amenaza a todo Occidente? El que tenga perspicacia, el que además de la libertad, ame también a España, debe pensar en el pasado mañana. Y vemos que el mundo occidental está debilitado, ha perdido su voluntad de resistencia, cada año entrega sin combate más países al totalitarismo...No hay voluntad de resistencia, no hay responsabilidad en el uso de la libertad. La civilización occidental contemporánea puede definirse no sólo como sociedad democrática, sino también como sociedad de consumo, es decir, como una sociedad en la cual el sentido principal de la vida está en recibir más, en enriquecerse más, y en pensar lo menos posible en defender lo obtenido. Desde luego, ni la estructura social ni el disfrute de bienes materiales son la clave principal de la vida humana, pero el Oriente totalitario contemporáneo y el actual Occidente democrático, al parecer sistemas opuestos, sin embargo están en realidad emparentados, reposan sobre una base común, que es el materialismo.Esta base común viene durando ya trescientos años. El mundo occidental está en crisis, que no consigue superar, pero no es una crisis del siglo xx. La humanidad lleva ya una larga crisis, desde que la gente se apartó de la religión, se apartó de la fe en Dios, dejó de reconocer ningún poder superior a sí misma, adquirió una filosofía pragmática, esto es, hacer sólo lo que resulte útil, beneficioso, guiarse sólo por intereses materiales y no por consideraciones de moralidad superior. Este espíritu se ha ido desarrollando paulatinamente y ha desembocado en una crisis que, insisto, no es política, sino moral. Se manifiesta no en la oposición entre comunismo y capitalismo, sino en algo mucho más profundo: es precisamente esta crisis la que ha traído el comunismo, y en Occidente, la sociedad consumista y pragmática. Es la crisis del materialismo, que ha desechado el concepto de algo superior a nosotros.Pero está claro que cada país ha de aportar algo de su parte para superar esta crisis. Y tal. vez España, con su gran originalidad nacional que ha marcado toda su historia, pueda aportar algo peculiar que permita vencer esta espantosa crisis de la humanidad, que abarca a todos los países de un modo u otro, y a todos nos amenaza con el aniquilamiento.


J. M. Iñigo: El señor Solzhenitsyn actualmente reside en Suiza, país en que suelen refugiarse los grandes millonarios del capitalismo. ¿No piensa el señor Solzhesnitsyn que esto puede ser mal interpretado por sus lectores?¿Sabe?

Precisamente acabo de decir que Occidente es una sociedad de consumo. Nuestra juventud, en cambio, ha transcurrido en la miseria. Una vez, de estudiante, tuve el descuido de sentarme en una silla en que había una mancha de tinta (entonces se usaba tintero y pluma). Me hice una mancha grandísima en el pantalón. Pues bien, estuve llevando cinco años ese mismo pantalón, porque no tenía con qué comprarme otro. Así vivíamos. Hasta lo llevamos grabado: todas las personas soviéticas que salimos al extranjero, incluso a un país no especialmente rico, incluso a los países que aquí se consideran pobres, tenemos una sensación como de ahogo, nos resulta penoso ver cómo se desperdicia la comida, cómo no se acaban los platos, cómo se echan las migas al suelo. Así percibimos los soviéticos esta sociedad.Pues bien, a su pregunta sobre Suiza sólo le puedo contestar que en los prósperos países occidentales vivimos como prisioneros. Si mañana tuviéramos la posibilidad de regresar a la miseria de nuestro país, a pasar hambre, regresaríamos todos.La prensa socialista, y sobre todo la comunista, gusta mucho de invocar el hecho de que Solzhenitsyn ha salido a Occidente y se ha hecho millonario, (cuando yo pasaba hambre allí, nadie prestaba particular atención a que yo pasara hambre. Cuando allí pasaban hambre todos, y la siguen pasando, sólo se miente que allí no falta de nada). Ciertamente, cobro derechos elevados. Pero la mayor parte de estos ingresos ha pasado constituir un fondo social ruso de ayuda a los perseguidos y sus familias, y por distintos caminos dirigimos esta ayuda a la Unión Soviética. Ayudamos a los detenidos, a sus familias, a los que van a visitarlos, a los que les envían paquetes de víveres, a los recién liberados que carecen de medios de existencia, a los despedidos por razón de sus convicciones que se quedan sin ingresos (para una mente occidental esto es difícil de concebir: aquí a uno lo pueden meter en la cárcel, pero no lo pueden echar de su trabajo por sus convicciones. Si es que lo despiden, se busca trabajo en otro sitio. Pero nosotros tenemos un solo patrono, el Estado, y si el Estado-patrono decide no darle trabajo a uno, no se lo dará nadie más. Uno no está en la cárcel, pero su familia se queda sin medios de vida).En cuanto a mi residencia concretamente en Zurich, se debe a que estaba entonces escribiendo el libro Lenin en Zurich, recientemente aparecido, y sólo allí podía encontrar el material de archivo que necesitaba.


Juan Benet, escritor idiolatrado por la progresía, la que lee se sobreentiende, reaccionó de esta forma en una entrevista publicada en Cuadernos para el diálogo. Juzguen ustedes.

“Todo esto, ¿por qué? ¿Porque ha escrito cuatro novelas, las más insípidas, las más fósiles, literariamente decadentes y pueriles de estos últimos años? ¿Porque ha sido galardonado con el premio Nobel? ¿Porque ha sufrido en su propia carne –y buen partido ha sacado de ello– los horrores del campo de concentración? Yo creo firmemente que, mientras existan personas como Alexandr Soljenitsin, los campos de concentración subsistirán y deben subsistir. Tal vez deberían estar un poco mejor guardados, a fin de que personas como Alexandr Soljenitsin no puedan salir de ellos. Nada más higiénico que el hecho de que las autoridades soviéticas –cuyos gustos y criterios sobre los escritores rusos subversivos comparto a menudo– busquen la manera de librarse de semejante peste”