
Majestad, los liberticidas y tiranos de diestra o siniestra no tienen gracia. Hitler, Stalin, Pol Pot, Fidel Castro, Franco, Pinochet, Hugo Chavez, Mussolini son más bien individuos antipáticos. En la memoria de todos los demócratas quedará para siempre su valiente intervención en la famosa cumbre iberoamericana frenando la diarrea verbal del gorila venezolano.
No entiendo pues el tono de la entrevista del pasado jueves por muchos intereses económicos que haya por medio. Ante estos individuos no hay que mostrarse simpático, y mucho menos travieso, sino firme en la defensa de la Libertad y la Democracia. Para regocijo de los amantes de la libertad, Su Majestad ya le dijo con firmeza al caudillo lo que le tenía que decir, por tanto, desde el respeto a lo que usted representa, ¿por qué no se calla ahora usted, Majestad, en lugar de rehabilitar internacionalmente con sus jocosos comentarios a este totalitario disfrazado de clown?