lunes, 22 de septiembre de 2008

¡Basta ya!

ETA vuelve a matar. Un coche-bomba colocado en el Patronato Militar "Virgen del Puerto" de Santoña (Cantabria) ha provocado la muerte de un brigada del ejército y ha herido a un suboficilal, que se encuentra ingresado en el hospital. El fallecido, Luis Conde de la Cruz, de 46 años, estaba destinado en Segovia y pasaba unos días de descanso en Cantabria.


No saben hacer otra cosa. El odio lo llevan en sus genes. Desprecian la vida, también la suya, puesta al servicio del crimen. ¿Qué se puede decir después de tanto dolor, tanta sangre derramada, tantas familias destrozadas? Al menos nos queda la obligación moral de apoyo a las víctimas, el deber ciudadano de exigir a la clase política que por encima de intereses partidistas afronte de una vez el problema del terrorismo sin medias tintas. El Estado de Derecho no tiene por qué caer en debilidades. El endurecimiento de las penas, la persecución policial, la colaboración internacional, la decidida actuación judicial, el aislamiento social y político del mundo abertxale, el desenmascaramiento y denuncia de las complicidades encubiertas y, por supuesto, el orgullo, sin complejos, de una Nación y un pueblo milenario, como el español, que se niega a ser pisoteado por una banda de asesinos, son los pilares sobre los que hay que afrontar la ardua tarea de terminar con la lacra terrorista. Basta ya de oscuras aventuras disfrazadas de procesos de paz, de palabras ambiguas, de desprecio a las víctimas.
Desde aquí todo nuestro apoyo a la familia de Luis Conde de la Cruz y del suboficial herido. No sé si será consuelo en estas horas tan difíciles, pero que sepáis que Luis y vosotros, los que tanto lo queríais, ya formáis parte de lo mejor que tiene España, la víctimas. La Historia de España se escribirá con vuestro dolor y vuestro sacrificio será el precio pagado por nuestra libertad. Luis seguirá vivo en la memoria de los españoles de bien y su ejemplo nos servirá para seguir mejorando como personas y ciudadanos. La lucha por la memoria, dignidad y justicia de las víctimas es la tarea política más enriquecedora que podemos aportar los que contemplamos con estupor la pasividad y amnesia de una sociedad anestesiada. ¡Viva España y la libertad!

2 comentarios:

Juanra dijo...

Terror
Más muertos encima de la mesa. La ETA sólo hace lo que sabe, y no nos engaña, seguirán matando con el objetivo de instaurar una dictadura comunista en una Euskadi independiente. Son infames, malnacidos, pero coherentes.
En cambio, los políticos que se dicen demócratas tuercen sus semblantes para repetir monsergas del tipo "El Estado de Derecho no va a retroceder ni un milímetro y ellos van a retroceder porque su único destino es la cárcel”, balbucea José Luis Rodríguez Zapatero mientras José Ignacio De Juana Chaos retoza en tierras irlandesas.
Mi receta contra el terrorismo es ésta: policía, cárcel y nula propaganda.
Y mi mensaje a los políticos es éste: déjense de negociar con los terroristas, de permitir su acceso a cargos públicos con nuestros dineros. Pónganse a trabajar de una vez. Asegúrennos una democracia mínimamente aseada.
Los españoles estamos arruinados y amenazados de muerte, ¿para esto pagamos a tanto político?
Ahora querrán los gobernantes que les acompañemos en las concentremos a las puertas de los ayuntamientos bajo una falsa unidad de los ‘demócratas’ contra el terrorismo. Que me esperen sentados.

Anónimo dijo...

Qué más podemos decir que no hayamos dicho tantas veces durante tantos años, verdad Fernando... El problema de los asesinos etarras está más allá de una solución policial, que por supuesto es imprescindible (todos los medios lícitos que se den a la policía y la Guardia Civil, e incluso si hiciera falta al Ejército, son pocos). El problema sabemos que es de fondo y va más allá: se trata del separatismo anti-español, sea "demócrata" o marxista-leninista, se llame como se llame. El problema son, p.ej., las ikastolas del odio, que con la excusa de defender las bellas señas de identidad vascas, arremeten con saña y falsedades contra la historia común, contra la lengua y la cultura comunes, la suya propia y la del resto de sus hermanos españoles. El problema es, en una palabra, el separatismo.

Esa es, pues, la cabeza de la serpiente, y mientras no se cercene, habrá que seguir soportando por doquier a las bichas venenosas etarras.

Un abrazo, querido amigo, y enhorabuena por tu blog.

Manuel Chacón Rodríguez