domingo, 5 de diciembre de 2010

Treinta y dos años después


Hoy es un día para la reflexión. Hace treinta y dos años que la Constitución fue referendada por el pueblo español. Tras décadas de enfrentamientos fratricidas, el espíritu de concordia y la voluntad de consenso marcó la línea de actuación de gran parte de la clase política que supo subordinar sus intereses partidarios al interés general. Fue un éxito colectivo: los sectores más reformistas y avanzados del franquismo, la oposición más dialogante, sindicatos, empresarios, militares, en definitiva, la sociedad española ansiaba culminar un proceso que trajera a España estabilidad política, prosperidad económica, paz social y unidad de todos los españoles para afrontar los grandes retos del futuro. Treinta años después, es necesario por un lado cumplir y hacer cumplir algunos de los artículos que parecen olvidados y al mismo tiempo realizar reformas constitucionales tendentes a reforzar la libertad y la igualdad de derechos de todos los españoles, sea cual sea el territorio donde vivan.
¿Qué reformas habría que afrontar cuanto antes? En estas tres décadas han quedado claran las intenciones del nacionalismo de quebrar el principio de igualdad y de atentar contra la base misma de la convivencia nacional. A pesar de su caracter minoritario han tenido en múltiples legislaturas la llave de la gobernabilidad sometiendo a permanente chantaje a las mayorías políticas. Urge, pues, una reforma de la ley electoral que impida que estos pequeños partidos obtengan una representación que no les corresponde. Solo así se podrá realizar una política de sentido nacional pleno. A su vez , es oportuno replantearse el modelo autonómico. Las sociedad española no puede mantener un sistema tan costoso en lo económico y tan cuestionable en lo político. Competencias como la eduación están haciendo estragos en aquellas comunidades gobernadas por políticas de exclusión lingüística.
Por último, paso a detallar, entre otros, algunos de los artículos de la Constitución que deberían ser de obligado cumplimiento y que hoy se conculcan. Exijamos desde la ciudadanía libre y responsable a la clase política el pleno desarrollo de estos artículos:

- La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles (artículo 2)
- El castellano es la lengua española oficial del Estado. Todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho de usarla (artículo 3. 1)
- Los Estatutos podrán reconocer banderas y enseñas propias de las Comunidades Autónomas. Estas se utilizarán junto a la bandera de España en sus edificios públicos y en sus actos oficiales.
(artículo 4.2)
- Los partidos políticos expresan el pluralismo político, concurren a la formación y manifestación de la voluntad popular y son instrumento fundamental para la participación política. Su creación y el ejercicio de su actividad son libres dentro del respeto a la Constitución y a la ley. Su estructura interna y funcionamiento deberán ser democráticos (artículo 6)
- Todos tienen derecho a la vida y a la integridad física y moral... (artículo 15)
-Los españoles tienen derecho a elegir libremente su residencia y a circular por el territorio nacional (artículo 19).
- Se reconoce y protege el derecho a la libertad de cátedra (artículo 20.1.c)
- Los españoles tienen el derecho y el deber de defender a España (artículo 30.1)
- Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación.La comunidad participará en las plusvalías que genere la acción urbanística de los entes públicos (artículo 47)
-Todos los españoles tienen los mismos derechos y obligaciones en cualquier parte del territorio del Estado. Ninguna autoridad podrá adoptar medidas que directa o indirectamente obstaculicen la libertad de circulación y establecimiento de las personas y la libre circulación de bienes en todo el territorio español (artículo 139).

lunes, 12 de julio de 2010

El patriotismo no acaba aquí


Triunfo épico el de la selección nacional de fútbol. Décadas sin conseguir un Mundial y por fin llegó el momento tan esperado. En todo el territorio nacional las banderas cuelgan de los balcones y el orgullo patrio se extiende. España está de moda. El fútbol ha conseguido lo que no son capaces de lograr los políticos: unidad en torno a los símbolos y conciencia clara de pertenecer a una realidad histórica, presente y con proyección de futuro llamada España. La metáfora colectiva ideada hace dos años por la cadena televisiva Cuatro creo que ha sido de gran impacto y ha tenido mucho que ver con el éxito conseguido. ¡PODEMOS! Podemos como pueblo, como ciudadanos, todos juntos, forjar un destino que nos defina con unas señas de identidad, un proyecto sugestivo de vida en común, en palabras de Ortega y Gasset. Y es que toda esta explosión de patriotismo puede no ser sino una mera exhibición de folklorismo patriotero si no se acompaña con el compromiso ciudadano con la Nación en los momentos en que esta se ve amenazada, perseguida, puesta en cuestión. Por degracia, esto ocurre a diario. La afrentas independentistas, la persecución de la lengua española, la vulneración permanente de la Constitución en determinados territorios, la consideración de que España es un concepto discutido y discutible, la soledad de las víctimas del terrorismo, la vulneración de la ley de banderas...Me emociona ver las calles de España tomadas por la sana alegría de la victoria de nuestra selección, pero más me emocionaría contemplar la misma marea humana manifestarse en actos cívicos de compromiso con la Nación, defendiendo la libertad de todos los españoles ante la ley o denunciando públicamente a los que tienen como proyecto la eliminación de España. Pero a buen seguro que pasará el aluvión de las celebraciones y muchos de aquellos que se envuelven hoy en la bandera y se les llena la boca de vítores a España -incluyo aquí al propio presidente del Gobierno y sus medios afines- acusarán de fachas, derecha extrema o nó sé qué otras zarandajas a los que día sí y día también defienden la dignidad nacional y los símbolos de todos los españoles. La imagen de la plaza de Colón repleta de banderas rojigualdas me trajo a la memoria las ingentes manifestaciones convocadas por el Foro de Ermua y la AVT y los insultos y descalificaciones que recibieron por parte de los que ahora se fotografían con el pin de quita y pon.
Yo salí ayer con mi bandera de España a celebrar la victoria de España, la misma bandera con la que me he echado tantas veces a la calle para defender la memoria y dignidad de las víctimas del terrorismo, a favor de la unidad de España, en defensa de libertad e igualdad de todos los españoles y contra el totalitarismo nacionalista. Desde aquí hago un llamamiento a todos los lectores de AB IPSO FERRO para que mantengan en sus balcones la bandera nacional. España es mucho más que un equipo de fútbol, ¿no creen?

domingo, 4 de julio de 2010

¿Orgullo o ridículo?

Yo tenía entendido que la reivindicación de los homosexuales consistía en su integración y normalización social, pero el denigrante espectáculo que se vivió en las calles de Madrid con motivo de la celebración del Día del Orgullo Gay flaco favor hace a esta aspiración. Así lo ha denunciado también la Confederación COLEGAS de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales que desde el principio se ha desmarcado de lo que consideran un "mero carnaval festivo, que hace del estereotipo su principal atracción". También señalan como "contradictorio" la elección del lema de este año, "Escuela sin Armarios", con el que se desea evitar la "discriminación en las escuelas y que los estereotipos no continúen siendo usados como mofa y burla de las personas con una orientación sexual homosexual", cuando finalmente "utilizan una marcha que hace del estereotipo su atracción estrella".
Conozco homosexuales que manifestan su malestar por la imagen cutre, provocativa, de mal gusto, que se transmite con este tipo de "fiestas". ¿Se imaginan a García Lorca, Oscar Wilde o Luis Cernuda enseñando el culo en la Puerta de Alcalá? Creo oportuno distinguir al homosexual que, lejos del escarnio público, no hace de su tendencia sexual motivo central de su vida, del gay panfletario, militante de un nuevo lobby, que convierte su sexualidad en un espectáculo de baja estofa y cuya único objetivo es la burda provocación. Igual distinción haríamos en el plano heterosexual entre el hombre y el "machote" quien construye su identidad a partir de la presencia obsesiva de una sexualidad machista y prepotente. Por supuesto que en esta orgía de ridiculez y zafiedad no podían faltar la presencia de miembros del Gobierno como la incomparable Bibiana Aído y carrozas de partidos políticos como PSOE e IU. Al PP se lo han prohibido. Todo ello con el apoyo "moral" y financiero del Ayuntamiento de Madrid, gobernado como bien saben por el popular -¿o populista?- Ruiz Gallardón. Por cierto, al día siguiente de la marcha, los servicios de limpieza del Ayuntamiento retiraron más de 121 toneladas de basura. ¿Es incompatible el orgullo gay con el ejercicio de la ciudadanía responsable? En fin.

viernes, 2 de julio de 2010

Yo no quiero


Yo no quiero un Estado que sostenga con mis impuestos el gasto de diecisiete gobiernos autonómicos y más de cincuenta diputaciones provinciales con sus respectivos parlamentarios, asesores, coches oficiales, ministriles y demás dispendios. Yo no quiero un Estado que subvencione a intelectuales, cineastas y culturetas convertidos en serviles titiriteros orgánicos a mayor gloria del poder. Yo no quiero un Estado que mantenga a doscientos mil liberados de unos sindicatos plegados a intereses políticos, más verticales que horizontales. Yo no quiero un Estado que malgaste el dinero público, es decir el de todos nosotros, en vergonzantes campañas institucionales. Yo no quiero un Estado que financie a los partidos políticos, favoreciendo su conversión en casta parasitaria . Yo no quiero un Estado que mantenga decenas de televisiones públicas, a pesar de las importantes pérdidas que generan. Yo no quiero un Estado que propicie modelos de financiación autonómica insolidarios. Yo no quiero un Estado que entregue miles de millones de euros de los contribuyentes a los bancos. Yo no quiero que con esta concepción del Estado del Bienestar -de algunos- se arruine a las clases medias. No lo quiero y en tiempos de crisis económica, aún menos. ¿Y tú?

jueves, 1 de julio de 2010

La hora de la sociedad civil


La situación económica, social y política así lo indican. Es la hora de la sociedad civil. La regeneración democrática debe partir del compromiso ciudadano, de la responsabilidad de los distintos sectores sociales y de la rebeldía cívica del individuo libre de ataduras. La transición democrática tuvo sus indudables aciertos pero también le son achacables múltiples errores que ahora estamos pagando. Además de las excesivas concesiones al nacionalismo periférico, aspecto este comentado con detalle en este blog, se dotó a los partidos políticos de un poder y un protagonismo que con el tiempo está suponiendo un factor decisivo en el déficit democrático que actualmente estamos padeciendo. Los partidos políticos han ido invadiendo parcelas de poder que no les corresponde, como el poder judicial, y han convertido el poder legislativo en una mera prolongación del ejecutivo. No sólo han enterrado a Montesquie sino también a Toqueville quien en sus clásicos estudios sobre el funcionamiento democrático, La democracia en América, alertaba del peligro que supone para la democracia el hecho de que no exista una sociedad civil, independiente del poder, fuerte y articulada. Sin embargo, el movimiento ciudadano es hoy en día en España prácticamente inexistente. Esto no sólo es achacable a la desidia de los ciudadanos descomprometidos con la "cosa pública" sino también a la labor desmovilizadora de los partidos políticos que reducen la democracia al ejercicio del voto cada cuatro años. Los sindicatos son otro factor que incide en esta misma circunstancia. Subvencionados y serviles a intereses políticos, no representan la opinión mayoritaria de los trabajadores. Partidos y sindicatos favorecen así la creación de castas parasitarias que lejos de representar a la sociedad civil se sirven de ella en un juego de intereses al que está ajeno el ciudadano de a pie. Ya he propuesto en este blog la necesidad de la autofinanciación de partidos y sindicatos como un primer paso para su democratización, a la vez que supondría un alivio económico para las arcas de un Estado excesivamente engordado. Repito, sólo con una sociedad fuerte, dinámica, cosciente de la importancia de su papel es posible la regeneración democrática. La estatalización de la vida política es ciertamente preocupante sólo favorece la corrupción y la endogamia. Menos Estado y más sociedad civil. Menos poder y más libertad.

domingo, 30 de mayo de 2010

El rincón cubano (o austríaco)

En el año 2000 el pensador francés Jean François Revel, recientemente fallecido, denunciaba en su impecable ensayo La gran mascarada cómo la izquierda intelectual, tras la caída del régimen totalitario soviético, lejos de hacer autocrítica y aceptar el hecho consumado del fracaso de la utopía socialista, culpabilizaba al liberalismo y al capitalismo de los males acaecidos tras la Segunda Guerra Mundial. Lo sorprendente es que esta interpretación de la Historia triunfó en determinados ámbitos culturales y finalmente se extendió entre amplios sectores de la sociedad. Poco importaban los millones de muertos y deportados del comunismo, ni la falta de libertad ni la pobreza igualatoria a la que sometían a los pueblos. La intención, creían algunos, era buena. Todo se hacía para crear una sociedad más justa.




El escritor inglés Martin Amis en su obra Koba el Temible: La risa y los veinte millones ha estudiado la impostura de los intelectuales europeos, como Bertold Brecht, que en pleno auge del exterminio estalinista soviético -denunciado con anterioridad por Alexander Solzhenistyn en su sobrecogedor Archipiélo Gulag y más recientemente por El libro negro del comunismo- justificaron, en medio de odas a Stalin, la masacre petrada por los sicarios de la dictadura del proletariado.


En España tenemos varios ejemplos de escritores que no dudaron en poner su pluma al servicio del tirano cuando ya eran conocidos los asesinatos masivos del régimen soviético. Seguro que conocían las denuncias públicas que del régimen estalinista habían realizado en los años veinte y treinta varios intelectuales de izquierda, pero con pincipios humanistas, que comprobaron de primera mano -habían viajado a la URSS- los excesos de la Revolución. El anarquista Angel Pestaña, fundador del Partido Sindicalista, y el socialista Fernando de los Ríos, del sector decente del PSOE, minoritario frente al largocaballerismo, denunciaron la deriva totalitaria del comunismo. También lo hizo el escritor francés André Gide. A pesar de estos informes, poetas como Rafael Alberti o el cordobés Juan Rejano vieron en el dictador poco menos que un benefactor de la Humanidad. Juan Rejano en 1949 llegó a escribir un "Canto jubilar a Stalin" del que entresaco los siguientes versos:

Patriarca del fuego que a los hombres levanta,
árbol de roja frente donde anida la paz,
escudo y verbo de la Revolucón:
mis brazos
tienden un arco hasta tu pecho,
de olivas y laureles españoles,
te rodea mi fe como una hueste,
a ti mis sueños van:
yo te saludo,
cada ilustre de Lenin,
cuando el sol de la gloria sobre tus hombros posa (...)
Oye, Stalin, el vuelo cordial de las palomas
que a tu nido solar van a posarse.
En cada fibra de la tierra un labio
desgrana su alegría al recordarte.
Un color, un acorde, un clavel vivo
en cada poro de este día nace (...)

Mientras el totalitarismo nazi es rechazado unánimemente, como no podía ser de otra manera, por la opinión pública y publicada, el comunismo sigue teniendo sus justificaciones e incluso aún es considerado por ciertos sectores de gran influencia mediática (cineastas, escritores, periodistas, músicos...) como una ideología cercana a la filantropía. Todo lo más, conceden ciertos "errores" en la aplicación de unas ideas que tienen por bieneintencionadas. Sin duda, no han leído o lo han hecho, pero lo han querido olvidar, el interesante estudio de Friederich Hayek Camino de servidumbre en el que equiparaba ambos regímenes como contrarios a la sociedad abierta de la que hablaba Karl Popper. Los estudios de este liberal austriaco crearon escuela y los franceses Raymon Aron -Ensayo sobre las libertades- y François Furet -Fascismo y comunismo- o el alemán Ernst Nolte -El fascismo en su época- aportaban datos y argumentos que demostraban el tronco común del que partían fascismo y comunismo, dos idelologías colectivistas nacidas del reverso de la modernidad y ambas enfrentadas ideológica y antropológicamente al liberalismo. La obra arriba reseñada de Jean François Revel no hace sino seguir, tras la caída del Muro de Berlín, esta interesante línea de investigación e interpretación histórica.




¿Y a qué vienen estas reflexiones sobre la naturaleza del comunismo y su hermano en el crimen, el nazismo? Pues ustedes verán. En estos días celebramos en Córdoba la Feria ya tradicional de Nuestra Señora de la Salud y como todos los años una de las casetas más exitosas es la del Rincón cubano, famosa por sus mojitos. La caseta en cuestión es abiertamente procastrista. En efecto, la hoz y el martillo comparte espacio con loas a la revolución que tiene convertida la isla en una cárcel y exiliada a la mitad de la población. Pero nadie se escandaliza de que en la feria cordobesa haya una caseta que hace apología de una sanguinaria dictadura. Todo lo contrario, su éxito va en aumento. ¿Se imaginan ustedes una caseta llamada Rincón austriaco en la que la protagonista no solo fuese la cerveza bávara sino la cruz gamada y carteles del III Reich? ¿Inconcebible, verdad? Afortunadamente sí. Pues a mí me resulta igualmente inconcebible la presencia de esta simbología antidemocrática que atenta contra los valores de las sociedades libres por mucho que se presente de forma festiva envuelta en música caribeña y ron cubano. Explicar esto a las jóvenes generaciones sí que sería Educación para la Ciudadanía, ¿no creen?