viernes, 20 de febrero de 2009

Obsceno


Las fotos del incalificable juez Garzón con el impresentable ministro de Justicia Mariano Fernández Bermejo en medio de decenas de venados acribillados son estética y éticamente repulsivas. Los niveles de desvergüenza a los que está llegando este Gobierno y sus terminales mediáticas parecen no tener límite. La campaña de acoso y derribo del principal partido de la oposición es un capítulo más de la degeneración democrática en la que está instalado el partido socialista en los últimos años. Ante la cercanía de elecciones, ya sean generales, autonómicas o europeas, no dudan en utilizar toda su maquinaria para influir en el resultado final de las urnas. Así ocurrió en las tristes jornadas que precedieron a la victoria socialista en 2004...y en eso estamos ahora. Las filtraciones al grupo Prisa del sumario que instruye el juez Garzón, la "coincidencia" en la famosa cacería de la fiscal, el juez, el ministro y el jefe de la Policía Judicial, no producen sino estupor en un sector de la ciudadanía que aún aspira a vivir en una nación que no tenga que avergonzarse día sí y otro también de sí misma. El problema es que otro importante sector social contempla complaciente e incluso justifica los despropósitos gubernamentales. ¿Qué tiene que pasar para que dejen apoyar a Zapatero y los suyos? La izquierda parece tener patente de corso para hacer y deshacer a su antojo. ¿Se imaginan la escena de la cacería protagonizada por un ministro del PP? No me lo digan , que parece que lo estoy viendo. La Bardem y demás titiriteros encadenados en la calle Génova junto a los indómitos ecologistas de salón gritando no nos merecemos un gobierno de franquistas, señoritos y cazadores. ¿Existiría la paz social que pretenden transmitir estos sindicatos subvencionados y verticales si los cuatro millones de parados se hubieran producido bajo el gobierno del centro derecha? El más grande cineasta español vivo, Luis García Berlanga, inmortalizó con gracia e ironía en La escopeta nacional los trejemanejes de las élites y familias políticas del tardofranquismo que, de espaldas a la ciudadanía, negociaban en medio de escenas cinegéticas sus cuotas de poder e influencia social. Hoy la escopeta sigue cargada pero ya ni siquiera es nacional.

1 comentario:

alfonso dijo...

Totalmente de acuerdo con el comentario, aunque me llama poderosamente la atención que los que con tanta fruición defendían al Garzón que perseguía la X de los Gal ahora lo conviertan en anatema, ¿antes era un juez valiente y ahora un juez socialista y prevaricador? Un poco de coherencia. Por cierto Pilar Bardem es una magnífica actriz no una titiritera