miércoles, 28 de enero de 2009

Medio siglo sin libertad

El próximo domingo 1 de febrero, y convocados por la Asociación Española Cuba en Transición y La Asociación de los Iberoamericanos por la Libertad, los ciudadanos comprometidos con la causa de la libertad y la democracia tienen una cita en la Puerta del Sol para mostrar su rechazo a la cruel dictadura comunista que durante cincuenta años ha convertido la isla en una cárcel de la que ya han huido más de dos millones de exiliados. Con el lema "Medio siglo sin Libertad" se espera que miles de españoles y exiliados cubanos residentes en España unan su voz para denunciar un régimen que sobrevive con la complacencia, cuando no la complicidad, de ciertos sectores políticos e intelectuales de la izquierda europea que aún no han despertado del liberticida sueño revolucionario, revestido de utopismo, que es la dictadura castrista. Estos sectores poseen una enorme influencia en los medios de comunicación, que en algunos casos controlan, con lo que la percepción que los ciudadanos tienen de la tiranía castrista está distorsionada por los que aún se colocan las anteojeras ideológicas para analizar la realidad. Lo cierto es que actualmente en Cuba no existe libertad de prensa, el acceso a internet está restringido, hay más de doscientos presos políticos (escritores, profesores, músicos, activistas de los derechos humanos...) en unas cárceles donde habitualmente se practica la tortura, la homosexualidad está perseguida (a día de hoy no he oído manifestación alguna de Zerolo contra el castrismo),alrededor de dos millones de personas, el 20% de la población, exiliada, el empobrecimiento de la población es galopante (Cuba es el país más pobre de Hispanoamérica)... Frente a las dictaduras no caben peros. No existen dictaduras buenas y malas como algunos nos quieren hacer creer. Quien realmente crea en la libertad y la democracia no puede justificar los atropellos que se cometen en regímenes que no respetan los derechos humanos. Los mismos que muestran su indignación por la existencia de la cárcel de Guantámano miran para otro lado cuando se les recuerda que el catrismo ha convertido a Cuba en un inmenso campo de concentración. Sorprende el escaso respaldo que la iniciativa ha tenido entre los políticos españoles, la mayoría atentos a la rentabilidad electoral de sus actos. La defensa de valores democráticos frente a una dictadura comunista no está entre ellos. Aplaudimos desde aquí a Esperanza Aguirre y Rosa Díez que desde el principio han mostrado su apoyo a la causa de la libertad. Esperemos que la manifestación sea todo un éxito.

lunes, 19 de enero de 2009

Treinta años de nada


El próximo miércoles 21 de enero, a las 20 horas, se presenta en el Salón de actos de Cajasur, y con la presencia de Julio Anguita, José Calvo, José Antonio Nieto, Manuel Pimentel y su autor, el libro Treinta años de nada. Con este sugestivo título, y bajo el subtítulo "Anatomía del Régimen andaluz o Radiografía", según la edición, Francisco Rosell, director del diario El Mundo de Andalucía, realiza un exahustivo recorrido por los treinta años de gobierno socialista en Andalucía de los cuales dieciocho lo han sido bajo el mandato de Manuel Chaves. El libro de Rosell es muy crítico con esta etapa de la reciente historia andaluza que no duda en calificar como régimen. La instauración de un régimen con sus características propias en el seno del Estado sólo es posible a partir del deterioro de la democracia en un determinado territorio y lo favorece, entre otros fenómenos, el clientelismo, la manipulación ideológica, el control de los medios de comunicación, la excesiva dependencia de la administración, la institucionalización del partido gobernante que invade amplias esferas de la sociedad civil, el desastre educativo que conduce a la servidumbre y la pasividad de amplias capas de una sociedad anestesiada ante los abusos del poder. Según Francisco Rosell, todas estos requisitos, que también podemos apreciar en los regímenes nacionalistas en el País Vasco y Cataluña, son definitorios del régimen andaluz. El de Rosell es un libro necesario, en medio del silencio mediático, muy bien escrito y atrevido. Rosell es de los pocos periodistas independientes que en Andalucía han plantado cara a la hegemonía socialista, y lo ha pagado caro. La libertad de expresión amordazada empieza a ser, por desgracia, una práctica habitual de la política en España, recordemos el caso de Víctor Gago y el PP. La presencia en el acto de un político de centro derecha como José Antonio Nieto y otro de izquierdas como Julio Anguita revelan que la necesidad de la alternancia política en Andalucía no proviene sólo de la sana discrepancia ideológica, sino de una oportuna higiene democrática.

domingo, 18 de enero de 2009

Los "encantos" de la oposición


No entiendo cómo a estas alturas aún hay quien se plantea votar al Partido Popular como contestación seria a la política de Zapatero cuando el PP está en otra cosa. La nueva oposición marianil- o mejor sería llamarla posición, de postura- pivota entre los encantos de Soraya, la finezza de González Pons, la tibieza de Cospedal, la denuncia de periodistas independientes o el número de seguidores de Núñez Feijoo en Facebook. Patético. La pose, a lo maja goyesca, de Soraya en el Suplemento dominical de El Mundo está en la estela del numerito de las ministras de Zapatero en la revista Vogue o de la reciente aparición de la ministra de Defensa disfrazada de "no sé que que queda balbuciendo", que diría el místico. Las duras críticas que suscitó en su momento en la opinión pública y publicada del centro derecha la frivolidad de las ministras son ahora desmentidas por este nuevo Mariano veleta que ha perdido el norte y desconoce el sur. Cuando la situación económica se agrava a cada instante, la social se fractura y la política se degrada, es un insulto al ciudadano que los políticos estén más ocupados en historias de frivolidad -sin el ingenio de Chico Ibáñez Serrador, ¿recuerdan?-que en los problemas reales de la gente. Le aconsejo a Soraya que abandone la política y se incorpore a Gran Hermano donde a buen seguro será bien acogida y desempeñará un papel más acorde con sus "encantos". El éxito lo tiene garantizado.

martes, 6 de enero de 2009

Encuesta cerrada: elecciones europeas


La encuesta del mes de diciembre en la que planteé a los lectores de este blog la pregunta "¿A quién votará en las próximas elecciones europeas?" se ha cerrado con los siguientes resultados:

PSOE (6%)
Abstención/en blanco (6%)
PP (42%)
UPyD (45%)

Las elecciones europeas sirven más bien para poco. La composición de la cámara europea no es determinante en las decisiones políticas que realmente afectan a los ciudadanos. La lectura de los resultados se suele realizar en clave de política nacional. Habitualmente ha servido para castigar o apoyar la acción del gobierno, pero también es la consulta elecctoral que menos se presta al voto útil y donde el elector tiene la oportunidad de manifestar su disconformidad con la línea seguida por el partido que tradicionalmente apoya e incluso decantarse por opciones minoritarias.

Es sintomático el resultado de la encuenta llevada a cabo en este blog. A nadie se le escapa que los lectores de Ab ipso ferro no suelen pertenecer al espectro político y sociológico de la izquierda, por lo que lo lógico sería el triunfo holgado del PP, sin embargo la victoria de UPyD, al margen del discurso firme contra el nacionalismo del joven partido de Rosa Díez, es un claro síntoma del descontento en el que se encuentra una gran parte del electorado que, sin pertenecer ni simpatizar con el PP lo votó en las últimas elecciones frente a los desmanes del gobierno ZP en la pasada legislatura y se ha visto defraudado, o más bien engañado, por la línea adoptada por el partido liderado por Rajoy desde el Congreso de Valencia. El lamentable trato dispensado a María San Gil, símbolo de la resistencia contra ETA, que motivó su abandono del partido, la tibia oposición realizada en la presente legislatura, la desactivación del movimiento ciudadano liderado por la AVT y el Foro de Ermua, el incomprensible seguidismo que los gobiernos autonómicos populares hacen de las reformas estatutarias, la credibilidad que ahora se da en materia de terrorismo a quien hace pocos meses se tildaba de mentiroso o la persecución que, desde ciertos sectores del PP con gran influencia en Génova, se realiza a periodistas independientes como Federico Jiménez Losantos o Víctor Gago, elogiados ayer y vilipendiados hoy, demuestra que hay razones más que suficientes para que millones de votantes quieran manifestar su descontento con la actual dirección del PP. Víctor Gago recibió la citación judicial la misma Nochebuena. Triste espectáculo que recuerda el vencimiento de la letra que en la película de Berlanga le cumplía a un aturullado Plácido en tan señaladas fiestas. Coincidió la querella contra Víctor Gago con el vídeo navideño realizado por el PP y del que aquí reproduzco la parodia que circula en medios liberales en internet.



Las elecciones europeas es la gran oportunidad para exteriorizar dicho descontento. No lo hará posiblemente el disciplinado afiliado, militante o simpatizante del PP que sea cual sea la política de este partido, lo apoyará sin fisuras. Yo hablo del votante desilusionado, que votó coyunturalmente al PP, cuyo perfil es el de un ciudadano libre de ataduras ideológicas que guiado por el sentido común y el interés personal y general, decidió respaldar al PP frente a la política del nuevo socialismo de Zapatero, sectaria ideológicamente, ineficaz económicamente, ambigua en materia antiterrorista, preocupante para las libertades individuales. La misma determinación que llevó a muchos de estos ciudadanos a votar contra la política de Zapatero, apoyando al PP, debe llevarles ahora a hacerlo contra la estrategia de Rajoy, apoyando aquella opción que consideren más eficaz para propiciar, a partir del descalabro electoral de Rajoy y su equipo, la necesaria regeneración del centro derecha tendente a recuperar el discurso firme y sin complejos en defensa de los valores con el que el Partido Popular se presentó a las Eleciones Generales de 2008. Será a la larga lo mejor para España e incluso, no lo duden sus afiliados y simpatizantes, lo mejor para el PP.