Hace ahora justo un año, Mariano Rajoy hacía una firme defensa de la identidad nacional en un discurso de tono institucional en medio de la polémica generada por la ley de banderas y su incumplimiento en numerosos ayuntamientos vascos y catalanes. En esos momentos difíciles, con un Gobierno entregado a la negociación con los terroristas, las palabras del líder de la oposición no sólo fueron oportunas sino necesarias. Rajoy pidió a los españoles que hicieran un gesto que mostrase su orgullo de ser españoles en el día de la Fiesta Nacional
Un año después algunas cosas han cambiado. Los que siguen negando e insultanto a España están en lo mismo, el nacionalismo no mejora con el tiempo sino que alimenta su irracionalidad y desprecio a los que no piensan como ellos. Sin embargo, el líder del principal partido de la oposición sí que ha cambiado. La derrota electoral, el Congreso de Valencia y el relevo en la cúpula del PP, han hecho que el valiente discurso que vertebró la labor de oposción durante cuatro años de desgobierno zapaterista, se haya transformado en una suerte superfluo pensamiento débil al servicio de los intereses electorales, convirtiendo al PP, como ya denuncié en este blog, en una Plataforma de Poder. Las palabras de Rajoy calificando de "coñazo" el desfile de las fuerzas armadas son algo más que un desliz. Rajoy lleva varios meses en una permanente contradicción. Sus pretendidas verdades de hoy son las mentiras de ayer. Muchos españoles que de buena voluntad lo votaron se sienten defraudados, engañados y manipulados por aquel en quien depositaron su confianza como alternativa, que se pensaba creíble, a la era Zapatero. Rajoy debe pedir perdón a los españoles que lo votaron y a las fuerzas armadas por estas impresentables palabras.
Con un Presidente del Gobierno que considera que la Nación es un concepto discutido y discutible, con un líder de la oposición que tilda el desfile de la Fiesta Nacional de coñazo y con unos partidos nacionalistas de carácter totalitario instalados en la provocación permanente, la dignidad de la Nación sobrevive a duras penas entre la desidia, el complejo y el desistimiento de una ciudadanía que contempla atónita la deserción de la clase política.
Muchos de los que votaron al PP en las últimas elecciones generales y que lo hicieron pensando que era el partido de los valores y principios asisten incrédulos hoy al nacimiento del nuevo engendro político
2 comentarios:
¡En fin...! ¿que podemos añadir a la altura de miras del lider del partido mayoritario dela oposición?
Creo que lleva una vida muy dura y por eso le causa una fatiga enorme representar a los millones de españoles que le votan. O mejor , que le votaban, porque despues de esto...
Bromas a parte, es un comentario vergonzoso. Como vergonzosa ha sido la retrasmisión hecha por la televisión. Me refiero a los comentarios de la señorita que retransmitía. Al paso de los regulares, no se le ocurre otra cosa que decir: "podría comentar el vestuario, pero no lo vloy a hacer..¿o si?. Bueno, lo comentaré"
En fin, creo que si el PP estaba desaparecido, con esto ha cavado su propia fosa teniendo una oportunidad de oro para echar a los mamarrachos que ocupan el poder
Oscar de Quinto García
Totalmente de acuerdo, Fernando.
Las palabras de Rajoy son mucho más que un simple desliz: la constatación de que, con semejante líder, los populares están condenados al más rotundo de los fracasos.
Las carencias de ZP son tan ostensibles que Aguirre o el mismo Gallardón ya le habrían desalojado de la poltrona... pero con Rajoy el PSOE tiene bien poco que temer.
Lo paga España.
Javier Ortega
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