jueves, 1 de julio de 2010

La hora de la sociedad civil


La situación económica, social y política así lo indican. Es la hora de la sociedad civil. La regeneración democrática debe partir del compromiso ciudadano, de la responsabilidad de los distintos sectores sociales y de la rebeldía cívica del individuo libre de ataduras. La transición democrática tuvo sus indudables aciertos pero también le son achacables múltiples errores que ahora estamos pagando. Además de las excesivas concesiones al nacionalismo periférico, aspecto este comentado con detalle en este blog, se dotó a los partidos políticos de un poder y un protagonismo que con el tiempo está suponiendo un factor decisivo en el déficit democrático que actualmente estamos padeciendo. Los partidos políticos han ido invadiendo parcelas de poder que no les corresponde, como el poder judicial, y han convertido el poder legislativo en una mera prolongación del ejecutivo. No sólo han enterrado a Montesquie sino también a Toqueville quien en sus clásicos estudios sobre el funcionamiento democrático, La democracia en América, alertaba del peligro que supone para la democracia el hecho de que no exista una sociedad civil, independiente del poder, fuerte y articulada. Sin embargo, el movimiento ciudadano es hoy en día en España prácticamente inexistente. Esto no sólo es achacable a la desidia de los ciudadanos descomprometidos con la "cosa pública" sino también a la labor desmovilizadora de los partidos políticos que reducen la democracia al ejercicio del voto cada cuatro años. Los sindicatos son otro factor que incide en esta misma circunstancia. Subvencionados y serviles a intereses políticos, no representan la opinión mayoritaria de los trabajadores. Partidos y sindicatos favorecen así la creación de castas parasitarias que lejos de representar a la sociedad civil se sirven de ella en un juego de intereses al que está ajeno el ciudadano de a pie. Ya he propuesto en este blog la necesidad de la autofinanciación de partidos y sindicatos como un primer paso para su democratización, a la vez que supondría un alivio económico para las arcas de un Estado excesivamente engordado. Repito, sólo con una sociedad fuerte, dinámica, cosciente de la importancia de su papel es posible la regeneración democrática. La estatalización de la vida política es ciertamente preocupante sólo favorece la corrupción y la endogamia. Menos Estado y más sociedad civil. Menos poder y más libertad.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Vaya, que tiene usted toda la razón, pero ¿se ha fijado en la sociedad que tenemos? ¿en las preocupaciones de la mayor parte de esa sociedad civil? ¿en sus actitudes? ¿en sus aptitudes? miedo me da. ¿Unos medios en Guzmán?, al menos pasaremos un buen rato.

Anónimo dijo...

En una sociedad como la nuestra, y en concreto, en el REGIMEN ANDALUZ, donde los politicos controlan todos los ámbitos de actuación, la sociedad civil está inmóvil y no es en absoluto rebelde ni crítica con el poder establecido.

carment

Anónimo dijo...

Amigo Fernando: Estoy totalmente de acuerdo con tu artículo. Dicho esto y leído el primer comentario que hace tu tocayo dando “tres cuartos al pregonero” para proponer “otra de gambas”. Siento en mi interior la vergüenza, el desaliento y la impotencia de no poder transmitir a la sociedad ese afán y ese amor por la libertad y la Justicia que emana de tu escrito.
Los que como tú pensamos vivimos momentos muy difíciles. Superar los acontecimientos sociales y políticos de hoy, nos está costando sudor y lagrimas. La Constitución que tanto defendimos ha sido prostituida por unos y otros. Digo que defendimos, porque esa Constitución es “pasado” los legisladores que la están desarrollando, la han dejado hecha una basura que no sirve ni de abono. Y por otras muchas razones habría que cambiarla en su totalidad.
Los valores por los que tanto luchamos unos pocos, (familia, libertad de religión, valor de la vida, defensa de los débiles, etc..) son criticados por casi todos los medios de comunicación que domina el Ejecutivo dejándoles que chupen de la teta pública.
Sí amigo. Dada la incompetencia de los políticos afines a nuestras ideas, solo nos queda el título de tu artículo “la hora de la Sociedad civil”.
Un abrazo Rafael Soto.

Jesús dijo...

Andalucía , con sus caciques compravotos , los subsidios humillantes , la corrupción generalizada y con el Caudillo Chave$. Fui anarquista , luego socialista y ya votaré a partidos alternativos y minoritarios. Vivan las caenas, grita la Andalucía profunda