domingo, 21 de agosto de 2011

Silencio atronador

Son muchos los momentos inolvidables que nos han dejado las Jornadas Mundiales de la Juventud celebradas estos días en Madrid, pero quizá el más impactante se produjo ayer en Cuatro Vientos, durante la Vigilia, cuando un manto de silencio caía sobre los cerca de dos millones de jóvenes mientras el Papa permanecía arrodillado, rezando, ante la imponente Custodia de la catedral de Toledo. Rodeados y saturados como estamos en esta época de ruidos varios, valores dominantes de una sociedad a la deriva, la comunión espiritual que se produjo en esos minutos fue una experiencia realmente conmovedora y cargada de esperanza. Ruidos, que por desgracia forman parte de nuestra vida cotidiana, como el egoísmo y el consumismo materialista, la cultura de la muerte, el relativismo, la soberbia, la mentira, la falta de respeto, la trivialización, el nihilismo y el vacío existencial no se escucharon pues un silencio atronador de millones de jóvenes en oración y recogimiento anunció la esperanza de una nueva Civilización de entrega a los demás, de defensa de la Vida, de respeto al prójimo, de Verdad, de trascendencia y de sentido profundo de una existencia dignificada por la gracia del Espíritu

1 comentario:

Anónimo dijo...

Fernando me ha encantado tu entrada y sobre todo el título que has elegido. Es tan significativo y al mismo tiempo refleja tan bien ese momento inolvidable... El ruido interfiere en la comunicación y por desgracia estamos tan habituados a él que creemos que hablando (a veces sin ton ni son), gritando, vociferando estamos comunicando pero no...a veces se impone la necesidad del silencio, del recogimiento y ese silencio de Cuatro Vientos estaba cargado de palabras y de sentimientos de unos jóvenes que atesoraban en su interior un sinfín de buenos deseos de paz y de amor. Me parece bien que, de vez en cuando, busquemos en el silencio la paz que tanto necesitamos. Manoli